03. Introducción a la Historia de la Ciencia_Tarea 3.1

 

Y todo el proceso pudo tener lugar, como suponemos actualmente que ocurrió la evolución biológica, sin el beneficio de una meta establecida, de una verdad científica fija y permanente, de la que cada etapa del desarrollo de los conocimientos científicos fuera un mejor ejemplo. (Kuhn 255-266) 


 La visión que Kuhn tiene en relación con el concepto “ciencia” se basa principalmente en la cuestión de los paradigmas, lo cual lleva a tener una realidad de choque y de incomunicabilidad entre diferentes posturas o, mejor dicho, entre diferentes modalidades de lectura e interpretación de la naturaleza. Más precisamente, según Kuhn hay que hablar de fases de cambio de paradigmas, en las que lo viejo es reemplazado por lo nuevo, y de períodos de ciencia “normal” en los que se siguen las directivas y se usan las herramientas del paradigma vigente. 
Una visión de este tipo se basa, según el pensamiento del autor, en los siguientes postulados: 

 a) No existe una “verdad” concreta, real 
b) El cambio de paradigma supone un distanciamiento completo con lo que precede 
c) El concepto de progreso es más bien de carácter cultural, lingüístico, y menos real de lo que nos gustaría pensar 

 Ahora bien, una lectura de este tipo de la ciencia supone también la existencia de la ciencia misma, ya que, si así no fuera, faltaría la base discursiva en la que poder trabajar de forma analítica. La ciencia, en otras palabras, si bien producto cultural humano, tiene una serie de elementos reconocibles que forman su estructura conceptual y gracias a las que es posible hablar de ella. Una vez que se acepten sus fundamentos (que, obviamente, pueden cambiar con el paso del tiempo), será entonces posible analizarla. 
Dejando por un momento mi comentario para el final de este artículo, subrayemos aquí cómo para Kuhn sería posible hablar de progreso en las ciencias. En una de sus frases afirma: 

 [S]ólo durante los periodos de ciencia normal el progreso parece ser evidente y estar asegurado. Durante esos periodos, sin embargo, la comunidad científica no puede ver los frutos de su trabajo en ninguna otra forma. (Kuhn 252) 

 La presencia del progreso en tanto elemento analizable directamente se encontraría en el hecho de tener resultados preciso con los que medir el éxito de las investigaciones de los científicos. Esto solo puede pasar en el caso de la ciencia normal, o sea en el interior de un paradigma preestablecido que ofrece una serie de herramientas (culturales y prácticas) para el análisis y el acto de descifrar/leer la naturaleza. Esto lleva a una segunda afirmación: 

 Así pues, en su estado normal, una comunidad científica es un instrumento inmensamente eficiente para resolver los problemas o los enigmas que define su paradigma. Además, el resultado de la resolución de esos problemas debe ser inevitablemente el progreso. En este caso no existe ningún problema. (Kuhn 256) 

 Podemos ver aquí, en esta cita, la presencia del concepto de “comunidad científica” en el sentido de conjunto de personas que usan el mismo lenguaje y que se intercambian informaciones gracias a un léxico compartido. El progreso sería la serie de resoluciones de problemas y, por esta razón, tendría un carácter especialmente cuantitativo. Es en el momento en el que surgen problemas que no pueden ser resueltos por parte del paradigma vigente que entramos en un período de crisis que nos lleva a tener un choque y, teóricamente, un rechazo del viejo paradigma y una aceptación del nuevo. Esto lleva a considerar este cambio como “progreso” por parte de los nuevos científicos, ya que: 

 […] el resultado de la revolución debe ser el progreso y se encuentran en una magnífica posición para asegurarse de que los miembros futuros de su comunidad verán la historia pasada de la misma forma. (Kuhn 256-257) 

 Estamos aquí ante una consideración de carácter social y psicológico, lo cual pone de manifiesto el elemento “ciencia” en tanto producto humano, cultural. Además, como Kuhn afirma, al aceptar un nuevo paradigma la comunidad científica renuncia “a la mayoría de los libros y artículos en que se incluye [el antiguo] paradigma” (Kuhn 257). El resultado es que la percepción que se tiene de estos cambios es la de un progreso de carácter, sobre todo, lineal (véase Kuhn 257 y su “linea recta”), lo cual se debe a la constitución de lo que es el órgano de control llamado “comunidad científica”, ya que: 

 [l]a comunidad científica es un instrumento supremamente eficiente para llevar al máximo la limitación y el número de los problemas resueltos a través del cambio de paradigma. (Kuhn 260)

 El “progreso” entre paradigmas estaría entonces en el hecho de que el viejo paradigma se encuentra incapaz de resolver una serie de problemas siempre mayor, lo cual implica no solo un problema de carácter cuantitativo sino también (pero no exclusivamente) cualitativo. Nótese, de todas formas, que :

 [t]odo esto no quiere decir que la capacidad para resolver problemas constituya una base única o inequívoca para la selección de un paradigma. (Kuhn 261) 

 El progreso de Kuhn, entonces, tendría que estar entre comillas ya que supondría la presencia de una serie de soluciones interpretativas y pragmáticas (resolución de problemas) que, de por sí, no suponen, al superarse las unas con las otras, una mejora real, absoluta, sino relativa, ya que, como afirma en lo que es el punto más importante de quienes hablamos de progreso científico: 

 es posible que tengamos que renunciar a la noción, explícita o implícita, de que los cambios de paradigma llevan a los científicos, y a aquellos que de tales aprenden, cada vez más cerca de la verdad. (Kuhn 262)


 Comentario

 Teóricamente la idea de “ciencia” según Kuhn se resolvería en ver esta área del conocimiento humano desde un punto de vista más bien pragmático: ciencia es lo que resuelve problemas. Desde este punto de vista, el progreso (no lineal, según Kuhn) se basaría solo en la capacidad de resolución y no, efectivamente, en un acercarse más a la realidad. Encontrar una respuesta a un problema no significa tener una visión más real y correcta de él. 
Esto nos lleva a hacernos unas preguntas más: ¿Los problemas surgen en relación con la interpretación de la naturaleza o porque las herramientas no son correctas o porque es una mezcla? Si de problemas hablamos, efectivamente, estos se desarrollan en el discurso científico en el interior de cada paradigma. Si solo bastara con encontrar un paradigma capaz de poner fin a los problemas que se han ido acumulando, esto significaría que, como opina Feyerabend, todo puede funcionar, ya que la cuestión no sería un análisis del problema, sino su resolución. 
Como ya se nota en Kuhn, esto no sería bastante, ya que la resolución tiene que estar en el interior del discurso llamado “ciencia”. Sin embargo, si tomamos esta posición no puede sino surgir otras preguntas: ¿cuáles son las bases de lo que llamamos “ciencia”? ¿De verdad es solo un tipo entre muchos otros de lectura de lo que nos rodea? Efectivamente, ¿resulta imposible acercarse a la verdad a través de esta herramienta de análisis? ¿Estamos ante un problema de palabras (usamos palabras diferentes pero hablamos del mismo objeto) o de conceptos (paradigmas diferentes)? 
Preguntas de este tipo no son fáciles de resolver de por sí. Desde un punto de vista personal, si bien las ideas de Kuhn tienen cierta importancia a la hora de acercarnos al estudio de la historia de la ciencia, tengo que admitir que prefiero (desde una posición que defino racional) los intentos de Lakatos por demostrar el carácter progresivo de la ciencia. Sería posible, entonces, hablar de progreso ya que, efectivamente, la distancia entre paradigmas es solo de interpretación, mientras que el objeto interpretado sigue siendo el mismo. Es posible, en otras palabras, acercarse a la verdad y no por una simple cuestión de resolución de problemas, sino porque esta resolución misma apoya sus consideraciones sobre una lectura correcta de lo real que se ha ido desarrollando a través de los siglos en el interior de un discurso que parte de una visión muy ancha y general (descifrar la naturaleza) hasta llegar a las minúsculas especializaciones que componen el lienzo “ciencia”. 
Me doy cuenta, de todas formas, que Kuhn no está afirmando que cualquier tipo de pseudociencia tiene el mismo nivel interpretativo de la realidad que otras áreas de la ciencia oficial. En sus mismas palabras vemos una serie de caveat que indicarían unas soluciones para que se pueda hablar de ciencia, como puede ser el hecho de hablar de la comunidad científica. Como el subraya, además, los cambios se vienen desarrollando durante un largo tiempo, como en el caso de Darwin, y algunos de los problemas que se instauran en la aceptación de nuevas teorías y nuevos paradigmas tienen muchas veces un carácter social y psicológico. 
 La pregunta final (disfraz bajo el cual se encuentra una afirmación), entonces, podría ser la siguiente: ¿de dónde vienen los cambios de paradigmas sino de una serie de elementos racionales que, a través de la acumulación de los datos y gracias a un diálogo con los paradigmas vigentes, pone en marcha una lectura más correcta de la realidad y, por esta razón, más conforme con el significado de progreso?

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